Educación

Por Roberto Domínguez Cáceres y Juan Manuel Fernández Cárdenas

4 Minutos

Publicado el 31/08/2020

Los nuevos retos de la educación en una era de confinamiento

Nueva llamada a la acción

Por Roberto Domínguez Cáceres y Juan Manuel Fernández Cárdenas

 

La educación es un proceso ancestral de construcción de conocimiento, saberes, experiencias, siempre ha sido un camino de varios sentidos simultáneos: se llega, se parte, se logra, se retiene, se olvida, se desecha. En la actualidad, más personas tienen acceso a información que se origina y se produce a distancias temporales y físicas diversas. ¿Por medio de quién sé lo que hoy me permite nombrar las cosas a mi alrededor? ¿De dónde viene el conocimiento? ¿Desde dónde ha transitado esta información con la que hoy configuro mi mundo? Son preguntas que hoy son más relevantes porque vivimos en una época de contactos remotos. 

 

Esta aparente paradoja, la distancia cercana, la distante cercanía, ha acompañado todo el proceso de cultivo de ideas que denominamos educación. Antes era información para sobrevivir: saber por dónde caminar, en qué momento del día hacerlo, leer la luz del cielo, saber qué planta comer, qué animal cazar, cuál domesticar, cuál piedra frotar cerca de qué hierba. Todo lo que somos nos ha sido socio-históricamente legado, nos ha sido pasado para que se quede con nosotros y nos sea útil. Algunos hemos tenido el enorme privilegio de, además de recibir, dar conocimientos de otros, empaquetados en formas vistosas, en modos de socialización más eficientes, en tiempos y espacios diversos. Hemos sido los beneficiados de la tecnología que históricamente se convierte a la vez en medio y contenido, en portador y sustancia.

 

El Tecnológico de Monterrey ha sido un impulsor constante de innovaciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje; primero innovó en desarrollar una universidad conectada por medios y canales, más en un sentido de transmisión; es decir: tú decides cuándo y dónde estar para recibir la información que ya está lista y presentada de modos eficientes, convenientes. La importancia de la tecnología no es la máquina, o lo es tanto como el papel del libro, es medio, es soporte, es en sí misma aporte y herramienta; pero sobre todo es un medio para hacer contactos entre las personas, que son el fin último de toda iniciativa educativa. 

 

Cabe mencionar que el Tec ha cumplido los primeros 30 años de educación asistida por formas y medios tecnológicos concretos y cercanos, la cual dimos en llamar en aquel entonces “Universidad Virtual” y, a distancia. Paradójicamente, lo que logramos con este modelo fue la real y factual educación a través de la cercanía, por medio de acercar a más personas, mujeres, hombres, jóvenes para construir el conocimiento. Creamos un puente para transitar más rápido caminos más largos.

 

Debido en parte a la vida de confinamiento por el COVID-19, este año fue puesto a prueba este modelo de educación en línea a través de la solicitud masiva de admisión a nuestros programas en esta modalidad, y en particular, a la maestría en Tecnología Educativa, dirigida por el doctor Juan Manuel Fernández Cárdenas. La maestría en Tecnología Educativa (MTE) es un programa acreditado en el PNPC de CONACYT, nivel consolidado, lo cual garantiza la calidad de sus procesos de enseñanza-aprendizaje, por medio de sus metodologías educativas. 

 

La experiencia internacional y nacional demuestra que la educación de calidad en línea prepara a los estudiantes para insertarse en el ámbito laboral o para promoverlos, con las mismas oportunidades que los egresados de los sistemas presenciales. Estudiar un programa en línea requiere de varias virtudes que todo alumno debería de tener y que en el caso la modalidad en línea es aún más necesarias. Se trata de virtudes como la autonomía, la disciplina, la autorregulación socioemocional y cognitiva, así como competencias avanzadas de comunicación escrita, comprensión de lectura, y una afinidad por las formas de interacción y comunicación propias de esta modalidad. 

 

El programa MTE comenzó a operar desde 1997 y estuvo acreditado por CIEES (Comités Interinstitucionales de Evaluación de la Educación Superior) desde 2011. Entró en el año 2012 al PNPC, en la primera camada de programas en línea (o programas no Escolarizados, como los nombra CONACYT) que fueron acreditados en CONACYT. En el año 2017, después de otro proceso de evaluación riguroso, subió al nivel consolidado. Este nivel fue obtenido por la actualización de su plan de estudios, el nivel de excelencia en la conformación del Núcleo Académico Básico o claustro de profesores (85% son miembros del SNI), la capacidad del programa para formar egresados capaces de resolver problemas educativos en México y en otras partes del mundo a través de la tecnología educativa, en particular la tecnología digital, y por demostrar una alta tasa de eficiencia terminal de nuestros alumnos (75% aproximadamente) y su excelente inserción laboral (93%). 

 

MTE es un programa profesionalizante, además, con un nivel de internacionalización muy alto (el 41% de nuestros alumnos son extranjeros). Tenemos presencia nacional y regional, sobre todo en Latinoamérica, creando soluciones tecnológicas de aprendizaje a través de nuestros alumnos y egresados. Estamos vinculados muy fuertemente con el entorno social y, con la guía de nuestros profesores, impactamos en todos los niveles educativos, desde preescolar hasta posgrado a través de proyectos de investigación aplicada.

 

En la Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey siempre hemos estado trabajando por ofrecer la mejor experiencia educativa de calidad para nuestros alumnos y la participación de nuestros programas en este tipo de procesos de acreditación nos empujan a tener indicadores de excelencia de manera permanente en todas las aristas de la experiencia educativa.

 

 

Escrito por

Roberto Domínguez Cáceres y Juan Manuel Fernández Cárdenas

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