Los conflictos son inevitables en cualquier etapa de la vida y también en los negocios, si bien, no podemos evitarlos, cómo los afrontamos es un arte que ocupa cientos de páginas en libros y se intenta explicar correctamente en miles de sitios en internet.
La resolución de conflictos es el acuerdo pacifico al que llegan las dos partes involucradas para dar solución a un problema específico. El término puede englobar distintos métodos o procedimientos que incluyen valores como la empatía, la cordialidad, la escucha activa, entre otros.
Convertir desafíos en oportunidades es una habilidad esencial para la resolución efectiva de conflictos. A continuación ahondaremos un poco más al respecto.
Es una verdad universal que los humanos somos seres complejos, todos tenemos formas distintas de concebir la vida y por ende, diferentes puntos de vista hacía los mismos problemas cotidianos, políticos, profesionales y/o académicos.
Basta con hacer una pregunta a distintas personas (incluso si son miembros de una misma familia o comparten muchas similitudes) para escuchar qué tan distinto pueden pensar, a pesar haber compartido la misma educación, cultura, sistema de valores, etc.
Cuando juntamos a un grupo de personas en un equipo de trabajo, las diferencias salen a la superficie de forma natural tarde o temprano.
Estos desafíos profesionales, por más inevitables que sean, no tienen que ser precisamente algo negativo, sino un área de oportunidad que con las herramientas de comunicación correctas pueden convertirse en motores de crecimiento y comenzar un cambio positivo.
Como decía Carl Jung: “el conflicto es la esencia de la vida; sin conflicto, no hay crecimiento.”
Las desavenencias en el trabajo pueden surgir por distintas razones, aquí algunas de las más comunes:
Si notas que el ambiente en tu equipo de trabajo no es el ideal y que no hay una comunicación fluida es momento de detectar los desafíos y oportunidades y comenzar a trabajar en ellos.
Antes que tu empresa, se convierta en una incubadora de desencuentros, es importante aplicar algunas técnicas y herramientas en la mediación de conflictos. Estas iniciativas se pueden establecer internamente, comenzando con los directivos hacía el resto del equipo:
La escucha activa, consiste en oír todos los puntos de vista y entender que la perspectiva propia del problema puede no ser la correcta, por falta de información. Esto nos lleva a la asertividad, pues podemos comprender a profundidad las necesidades y preocupaciones del otro y con base en ello, crear soluciones para ambas partes.
Un elemento esencial para transformar cualquier ambiente de trabajo es la empatía porque nos ayuda a comprender los sentimientos y motivaciones de la otra persona. Esto no solo mejora la comunicación, sino que también puede revelar soluciones creativas que beneficien a todas las partes.
En lugar de entender el conflicto como una barrera, míralo como una oportunidad para el crecimiento y mejora. Pregúntate cómo se puede transformar el problema en una ventaja corporativa o aprendizaje.
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De la mano de nuestros expertos, aprenderás a abordar correctamente la situación en tu compañía por medio de las tendencias de liderazgo empresarial que se manejan hoy en día y se han vuelto populares por su efectividad.
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