Si alguien sabe las habilidades de liderazgo necesarias para ser un buen líder, es alguien que ya ha recorrido ese camino. Esto es lo que llevó a Sunnie Giles, coach ejecutivo y consultora de desarrollo de liderazgo, a encuestar a 195 líderes de 15 países para preguntar cuáles eran las 15 competencias, según sus tipos de liderazgo que consideraban más importantes.
Un líder debe comprometido con valores éticos provoca un entorno laboral similar, lo cual tranquiliza a los empleados y los pone en el mejor estado de ánimo laboral. Como menciona Giles, “en un ambiente seguro, los empleados pueden relajarse e invocar la mayor capacidad del cerebro para el compromiso social, la innovación, la creatividad y la ambición”.
La neurociencia confirma este punto, si la amígdala registra una amenaza para nuestra seguridad, por ejemplo, un entorno tóxico laboral, las arterias se engrosan para mandar un mayor flujo de sangre a las extremidades, preparándonos para una respuesta de lucha o huida. “En este estado, perdemos el acceso al sistema de compromiso social del cerebro límbico y la función ejecutiva de la corteza prefrontal, inhibiendo la creatividad y el impulso hacia la excelencia”.
¿Tienes problemas para definir cuáles son los valores que quieres promover? Intenta un ejercicio un tanto contraintuitivo: imagina que es tu funeral, ¿qué te gustaría que dijeran los asistentes de ti? Los atributos que deseas oír son los que deben regir tu comportamiento.
Esta habilidad va de la mano con tu habilidad de expresar claramente lo que se necesita para cumplir un objetivo, una vez hecho esto, debes ser capaz de permitir que tu equipo tome las decisiones que consideren adecuadas para lograr dicha meta. Una frase que tienen muy clara los líderes es que “no pueden hacerlo todo ellos sólos”, así que es indispensable una repartición inteligente de las responsabilidades, a pesar de nuestra inclinación a querer controlarlo todo para garantizar la calidad del proyecto.
Un líder no sólo maneja a un equipo, es parte de esta y considera a todos sus miembros como elementos necesarios para su buen funcionamiento. Esto promueve lo que se mencionó anteriormente, un ambiente de trabajo seguro, donde los éxitos y las fallas se comparten.
Algunas maneras de crear un sentido de conexión y pertenencia son sonreír a las personas y llamarlas por su nombre, hablar sobre sus intereses, así como propósitos laborales. Presta atención cuando hables con ellos y explícales cómo su función es integral para las metas de la organización.
El estar abierto a nuevas ideas y enfoques, así como la flexibilidad para cambiar su opinión, son características de un líder que fomentan el aprendizaje dentro de su organización. Es de suma importancia saber reconocer nuestros errores y reconocer nuestra equivocación, esto evita que las fallas se vuelvan un tabú en el espacio laboral y propicia a los empleados a ser más propositivos. Sin embargo, es claro que los errores sirven en la medida en que nos ayudan a llegar a una solución, por lo cual tienen que tratarse bajo un método.
Giles recomienda crear una cultura que respalde la asunción de riesgos. Una forma de hacerlo es usar experimentos controlados, como en las pruebas A/B, que permiten pequeñas fallas y exigen una rápida retroalimentación y corrección. Esto proporciona una plataforma para construir inteligencia colectiva para que los empleados también aprendan de los errores de los demás
Un buen líder desea trabajar con el mejor talento, por esto mismo, se compromete con la formación profesional de sus empleados para alcanzar el mayor potencial. Saben que al tener un equipo bien preparado, maximizan sus posibilidades de éxito, al mismo tiempo que ganan la lealtad de éste. Los empleados deciden corresponder al líder ya que saben que tendrán una respuesta positiva y la posibilidad de seguir formándose y aprendiendo dentro de la organización.
Recuerda también que parte importante de saber cómo liderar de manera correcta, es conocer los tipos de liderazgo negativos que existen para que puedas evitar caer en esos errores.
Por medio del estrés y el miedo se logran resultados deficientes, en cambio, si se desea inspirar lo mejor en los empleados, el camino más conveniente es la apreciación.
Con información de Harvard Business Review.