Todos los líderes deben tener la mezcla correcta de actitudes y aptitudes para desempeñar su rol de manera exitosa. Sin embargo, muchas veces las actitudes son pasadas por alto ya que, erróneamente, se les da mayor valor a las aptitudes.
Sobre este tema, Alejandro Olivera Ramírez, Decano Asociado de Educación Continua de la Escuela de Negocios nos comenta que “las aptitudes se relacionan con las competencias, son las habilidades y conocimientos que pongo en práctica. En cambio, las actitudes están más relacionadas a temas de personalidad y a la manera en que me presento al mundo. Es importante tener ambas, pero hay que considerar que es mejor tener gente con buena actitud, ya que las aptitudes pueden enseñarse, pero las actitudes son más difíciles de cambiar”
Actualmente, hay 4 cualidades poco comunes que son indicativas de un gran potencial para ser líder. Éstas están más alejadas de la imagen competitiva tradicional de cómo ser un buen líder y están más enfocadas a cualidades interpersonales
Esto tiene sentido, las organizaciones más exitosas están cambiando su tipo de liderazgo de uno jerárquico y autoritario a uno servicial. Este último pone al líder al servicio de su equipo, motivándolos y canalizando su talento para el beneficio integral de la empresa.
Ahora, analiza tu rol de líder dentro de tu organización y pregúntate cuántas de las siguientes actitudes pones en práctica para ser un buen líder.
1. Muestras vulnerabilidad
¿Cómo puedes hacer esto? Aceptando que no eres perfecto y que cometes errores. El líder debe poner el ejemplo, así que, si eres auténtico y honesto, cuando tus colaboradores cometan errores será más sencillo para ellos ser lo suficientemente abiertos como para decir: "Me equivoqué".
2. Valoras la diversidad de personas y las haces sentir seguras
Los buenos líderes tienen como objetivo crear un entorno diverso de personas con diferentes formas de hacer las cosas y ver el mundo, donde no sientan temor de expresar sus ideas abiertamente y ejercer su creatividad. Debes recordarles que son un equipo y que los logros y riesgos son compartidos por todos.
3. Muestras compasión
Las personas empáticas tienen la capacidad de sentir lo que otros sienten, pero las personas que tienen compasión no solamente se ponen en “los zapatos del otro”, sino que actúan para disminuir o aliviar los sentimientos negativos. El Oxford Handbook of Compassion Science documenta y verifica extensamente que la "gestión compasiva" conduce a un alto rendimiento organizacional, innovación, retención de clientes y rentabilidad, y menos rotación de personal.
4. Eres abierto y transparente
Mantienes a tu equipo informado y entienden exactamente el porqué de sus funciones; cómo ayudan a los objetivos de la empresa y que pasaría si no se desempeñan correctamente. Los estudios demuestran que las organizaciones que comparten información privilegiada con sus empleados, generalmente reservadas para la torre de marfil en las estructuras de poder de mando y control, reducen la incertidumbre y alivian el estrés sobre hacia dónde se dirigen y por qué.
¿Pones en práctica estas actitudes? La mayoría de las personas no lo hace, pero al ser una persona que busca liderar a otros es importante desarrollarlas para guiar a nuestro equipo eficientemente.
Ser un buen líder no es fácil, pero es un rol muy satisfactorio y con mucha responsabilidad, por eso es indispensable continuar educándonos con programas especializados a las exigencias específicas a las que se enfrentan los líderes.
*Fuente: Marcel Schwantes, 5 Rare Signs That Prove You Were Meant to Lead People .