La pandemia continúa impactando en el mundo de la publicidad, ya que el uso de aplicaciones como Twitter, Facebook e Instagram sigue a la alza con 4,620 millones de usuarios en todo el mundo, lo que representa un crecimiento de 424 millones de nuevas personas, desde 2021, equivalente al 58% de la población total, según la agencia creativa We are Social y Hootsuite en su informe sobre tendencias digitales de 2022.
Otros datos relevantes muestran que el 71,5% de la gente que usa Internet paga por algún tipo de contenido cada mes, pues 1 de cada 4 usuarios de entre 16 y 64 años descubre nuevas marcas, productos y servicios a través de anuncios en las redes sociales.
Para que las empresas aprovechen la conectividad, la digitalización y las nuevas tecnologías, la Industria 4.0 promueve este tipo de facilidades que tienen como fin, mejorar la relevancia industrial de años anteriores.
Esto afecta la manera de hacer negocios, gracias a la combinación de técnicas avanzadas para el área de producción y operaciones, realizadas con tecnologías como la robótica, la analítica, la inteligencia artificial, las tecnologías cognitivas, la nanotecnología y el Internet of Things (IoT), entre otros.
Usar todas estas innovaciones tecnológicas es fundamental para identificar riesgos de negocio e invertir para evitarlos posteriormente.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de adaptar tu marca a la Industria 4.0?
La Industria 4.0 viene a digitalizar las cadenas de producción y almacenamiento, aportando flexibilidad a los niveles, tanto de venta como de herramientas para poder lograrlo.
La presencia de esta industria en México es un reto que los próximos gobiernos deben tomar en cuenta, ya que en el Ranking de Competitividad Digital Mundial nuestro país actualmente se ubica en un lugar 56 de 64 naciones que lo utilizan.
Gracias a esto, todas las empresas que invierten en nuestro país, así como los líderes de comercio, deben hacer más conciencia para evitar un desajuste económico y replantearse las oportunidades que la Industria 4.0 tiene para Latinoamérica.
Fuente: We are Social, El Economista y Becosan.