Gestionar inversiones, ahorros y capital no es ninguna tarea sencilla cuando se trata de ejercer bajo ciertos principios éticos. Y es que, en un contexto de negocios donde los actores financieros tienen una gran responsabilidad por responder a las exigencias de un mercado cambiante, no es raro escuchar sobre la conciencia en las finanzas como un tema cada vez más abordado en referencia a recientes historias de fraudes, quiebras, crisis monetarias y endeudamiento.
Atribuidas tanto a los organismos como sus funcionarios, este tipo de negligencias están generalmente relacionadas a comportamientos poco morales, los cuales en su mayoría parten de una necesidad educativa en cuanto a sus principios básicos. Es por eso que entender los fundamentos del término y su relevancia es vital para, no solo comprender los valores que guían a la industria, también elevar sus estándares a la hora de ejercer nuestro respectivo compromiso dentro de una empresa.
Por lo que sabemos de este fenómeno, es usual pensar en la combinación de pilares morales que nos acompañan tanto en las decisiones personales como profesionales, sin importar la materia. Empezando por su significado, la palabra proviene del griego ethos, un “conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad”, de acuerdo con la RAE.
Aterrizado en un ambiente organizacional, este tema tiene como intención guiar las acciones de agentes y entidades hacia sus objetivos a través de una combinación de fundamentos, normas y criterios. En referencia a la materia como base de una labor administrativa adecuada, Dr. Heber Longhurst, profesor de contabilidad y finanzas y miembro del consejo del CFA Society de México explicó su influencia como, “en el sector financiero la ética es central, principal, de altísima importancia para poder ganar la confianza del público para que inviertan con nosotros”.
Si bien el papel de un administrador es fundamental para la toma de decisiones en su empresa, este debe contar con las prácticas morales básicas dirigidas hacia el bien social, lejos de cualquier interés personal. Por lo tanto, te compartimos algunos de los principios más relevantes para un desempeño ideal.
Orientado siempre al bien de los clientes, este elemento es esencial para mantener una perspectiva equitativa que integre a todos los involucrados dentro de una operación financiera, lo cual integra el no aprovecharse de factores como la posición económica, la falta de información, o bien, la discriminación injusta hacia distintos clientes.
Cuando se trata de procesos como el registro de transacciones o creación de estados financieros, este valor exige un enfoque libre de prejuicios. Y aquí es donde la imparcialidad, al no darle ventaja a unos sobre otros, ayuda a alinear a todos los participantes hacia una relación sana y justa.
La información financiera que se maneja siempre debe de ser privada y gestionada acorde. Y es que, sin importar el tamaño de una organización, es muy importante no utilizarla para beneficio personal o de terceros, y mucho menos divulgarla. En pocas palabras, este fundamento garantiza que dicha información sea accesible solamente al personal autorizado.
Con apego al marco legal, la legalidad en las finanzas habla sobre el ejercicio profesional de acorde a la ley vigente y las normas establecidas por la entidad. Esto incluye los códigos de conducta como lineamiento elemental para promover la profesionalidad.
Si bien contar con las habilidades correctas para manejar sumas tan grandes de dinero es esencial, generar una cultura organizacional que integra normas y virtudes es tan necesario para balancear y proteger los intereses de todas las partes involucradas. Establecer un código de ética, por ejemplo, ayuda a reconocer los límites esperados por parte del personal dentro de una organización menos inclinada hacia problemas de fraude o conflictos de interés. De romperse, la compañía puede incorporar desde códigos de comportamiento hasta sanciones acorde al reglamento infringido.
En conclusión, la ética en las finanzas establece un camino de principios y estándares para una práctica consciente y honesta. Al practicarse de manera sólida, es capaz de definir las bases necesarias para un manejo institucional óptimo. Es por eso que los profesionistas que ejercen efectivamente este set de estándares son quienes logran impulsar su desempeño tanto personal como colectivo dentro de un organismo que inspira confianza; tú puedes identificar estos fundamentos e integrarlos en tus prácticas diarias como gestor ejemplar.
Fuente: Crehana, Tec Conecta, Scipedia, BBVA y RAE.