¿Sabías que, en 2021, más de la mitad del mundo vive en áreas urbanas? Considerada como una de las mejores invenciones de la humanidad, la ciudad es un asentamiento poblacional que nos permite cohabitar en comunidad y desarrollarnos como sociedad. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 2007 fue el primer año en el que más personas llegaron a vivir en ciudades que en zonas rurales. En 2018, sólo entre Asia oriental y el Pacífico se albergaban a 1,200 millones de personas, de acuerdo con el Banco Mundial (BM). México, por su lado, es considerado como un país predominantemente urbano, ya que el 80.4% de sus habitantes vive en estas zonas (2019).
Esto nos habla de una necesidad inaplazable por generar nuevas propuestas de planificación y diseño sustentable que vean por el bienestar social, creando ciudades que ven por la calidad de vida y protección del medio ambiente. Diseñadas para reducir el impacto de los desafíos económicos y ambientales, las ciudades sostenibles contribuyen a un estilo de vida óptimo en relación al cuidado de su entorno. Para sustentarlo, conoce sus 6 beneficios clave que abren camino hacia comunidades más saludables y resilientes.
¿Sabías que las mujeres que trabajan dedican 40 días al año en labores domésticas, mientras que los hombres, sólo 16? (BM, 2020). Al formar parte del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad, México destaca por una necesidad en común por reducir las brechas discriminatorias, así como mayores soluciones sociales y económicas. Esto incluye generar sistemas y estructuras que faciliten el acceso a servicios y bienes públicos; característica que distingue a una ciudad sostenible que ofrece oportunidades de vida más asequibles.
Con acceso a viviendas accesibles, vías más transitables, espacios verdes y una mayor rentabilidad en la prestación de servicios como salud, transporte y educación, es posible nutrir una comunidad que vive y respira dentro de un ambiente cada vez más seguro y sano. Al contar con una infraestructura correcta y consciente, los habitantes pueden hacer un uso más efectivo de los recursos a la hora de operar sus viviendas, lo cual los beneficia tanto a ellos como a su entorno.
De acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el lugar 39 de 40, en el índice de calidad de vida, sólo por encima de Sudáfrica. Al estar estrechamente relacionada al bienestar social, la calidad de vida es un elemento que garantiza el óptimo desarrollo colectivo. Al ofrecer un entorno adecuado, una ciudad sostenible tiene la capacidad para competir globalmente al crear nuevos empleos y oportunidades de migración, así como atraer nuevos inversionistas. Más que cumplir con los principios de dignidad humana, cubrir las necesidades básicas de una población contribuye a espacios que fomentan encuentros positivos y acciones innovadoras.
Desde riesgos climáticos hasta desastres de naturaleza degenerativa que impactan de manera colectiva, cuando se cuenta con construcciones de edificios correctamente regulados, una infraestructura eficaz con drenajes de buena calidad, sistemas de alerta temprana, servicios de emergencia y mayor participación por parte de los gobiernos locales, existe una menor vulnerabilidad ante escenarios de adversidad. Si bien, una urbe está cimentada con las bases sólidas para soportar cualquier percance, también es capaz de ver crecer a una comunidad preparada para salir adelante.
Mientras la conservación de la biodiversidad es un factor fundamental en la preservación del medio ambiente, un marco urbano que cuida de sus recursos naturales como costas, lagos y bosques es capaz de fomentar un entorno de vida más saludable y atractivo con un mayor valor de propiedad. Según La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), casi 100,000 especies forman parte de este inventario, de las cuales más de un cuarto están en peligro de extinción. Esto nos habla de una necesidad por diseñar asentamientos que, además de respetar los espacios naturales, los protejan para un desarrollo adecuado.
Una relación fuerte entre las urbes y las zonas rurales ofrece un crecimiento regional más próspero. Y es que, con un mayor acceso a los empleos y el mercado, cadenas de suministro de alimentos seguras, servicios ecológicos y una planificación territorial bien regulada, es posible lograr un crecimiento territorial más equilibrado.
Mientras que el mundo contemporáneo enfrenta grandes retos económicos, ecológicos y sociales, existe una nueva ola de soluciones enfocadas en el diseño y gestión de urbes inteligentes, mejor conocidas como ciudades sostenibles. Al conocer sus beneficios, sabemos que la transformación urbana está más latente que nunca y buscando a la próxima generación de innovadoras e innovadores lista para convertir nuestras ciudades en lugares más libres y resilientes para nuestra comunidad.
Por tanto, la maestría en Arquitectura y Diseño Urbano (MDU) de la escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD), propone afrontar los incesantes desafíos del cambio climático, migración, inequidad y crecimiento acelerado a través de metodologías enfocadas en el diseño y gestión de proyectos metropolitanos.
La Beca Trayectoria, lanzada por el Tecnológico de Monterrey, busca impulsar aquellos perfiles talentosos y deseosos de continuar su formación para que al finalizar su programa de MDU, cuenten con las herramientas necesarias para generar proyectos multiescalares que impacten en la regeneración de los sistemas ecológicos en los ambientes construidos.
Fuentes: World Economic Forum, BBC News, Excelsior, Banco Mundial, Our World in Data, FAUD, Banco Mundial 2018.