Gestionar personal tiene sus retos, más si la situación actual nos fuerza a seguir trabajando en forma remota, hay situaciones o procesos que antes eran naturales pero ahora tenemos la necesidad de compensar de alguna manera. En esta nota mencionaremos algunos mecanismos que podrían ayudarte a compensar estos puntos.
Pese a que el “home office” tiene más de una década de haberse popularizado, de acuerdo al análisis de The Competitive Intelligence Unit (CIU), realmente es una opción poco explorada por la empresas mexicanas, si bien el 70% de las labores podrían realizarse virtualmente, solamente 2 de cada 10 empresas estaban listas para hacerlo cuando comenzaron las prevenciones sanitarias por COVID-19.
Tras poco más de un año de la pandemia, una encuesta realizada por el Oxford Business Group a empresarios mexicanos reveló que el 48.5% piensa mantener este formato laboral después de regresar a la normalidad, sumado a esto de acuerdo con un estudio titulado “El futuro del trabajo” por la plataforma de recursos humanos Runa, el 72% de las organizaciones en América Latina apostarán por el teletrabajo.
En resumen, las habilidades para fomentar la interacción e integración entre colaboradores que operan en forma remota se convirtió en algo básico para un líder actual.
Convoca a reuniones generales donde todos tengan espacio, utiliza herramientas para videoconferencia donde puedan tener sesiones de manera dinámica. La clave está en tener reglas claras de convivencia, incluyendo canales formales y espacios digitales para la conversación informal.
Piénsalo como la diferencia entre que platiquen en una sala de juntas y en los pasillos de la oficina, así habrá más compromiso y apego entre ellos, lo que incrementará su desempeño en conjunto.
Las reuniones personales son clave para fomentar la unidad, programa en tu agenda sesiones individuales con cada uno de los miembros aleatoriamente. Esto no sólo reforzará el tip anterior, sino que te permitirá brindar y recibir feedback, lo que favorecerá sin duda tus resultados.
Como un buen líder, es importante que estés a la disposición de tus compañeros. Esto no quiere decir estar conectado cruzado de brazos esperando a que se comuniquen, pero con tan solo verte en línea dentro de los grupos de colaboración, haciendo revisiones, preguntas o comentarios es suficiente motivación.
Cuando se acerquen a ti escucha activamente, ya que cada elemento tiene sus propias necesidades y situaciones personales que afectarán de manera indirecta el funcionamiento de todos; brinda espacios para el diálogo y muéstrate siempre receptivo.
La digitalización facilita la cooperación así como el intercambio de información e ideas, pero de una forma también puede limitarnos distorsionando partes importantes de la información o causando malentendidos. Apoya tus mensajes con toda la data que tengas disponible, usa elementos visuales y sé muy insistente con los objetivos, metas y estrategias que se llevarán a cabo. Si tienes todo documentado en forma entendible y accesible podrás evitar la desinformación.
Evita a toda costa las bromas pesadas, el doble sentido y los mensajes ambiguos. Presencialmente la ironía o el sarcasmo puede ser identificado y hasta gracioso, pero tomando en cuenta las limitaciones que tenemos al interactuar de esta manera, pueden llegar a afectar seriamente tus resultados.
Habla claro y directo, construye mensajes certeros y positivos que aporten valor al proyecto que se lleva a cabo. Informar el progreso, los aciertos e incluso los errores pero siempre desde una perspectiva práctica y asertiva.
En conclusión:
Una comunicación efectiva inspira y guía a los miembros de un grupo hacia el cumplimiento de metas y objetivos. Es responsabilidad de un líder hacerse de las mejores prácticas y conocimientos para implementar herramientas que le permitan gestionar un esfuerzo colectivo para un bien común.
Fuentes: MBA, Canva, Milenio, Ágora Social, Mercer Marsh Beneficios, ITM Plataform, SUPERRHHEROES, Bienpensado, Life Leadership School, Game Learn, Universia y Forbes.